En discusiones sobre la planificación regional se deberían tomar en cuenta aspectos como
la localización, las actividades económicas, la organización del espacio, así como también
procesos de cambio de dichas estructuras, y podremos notar como todas estas teorías
referentes a la localización y a la organización espacial están fuertemente imbuidas de
conceptos tales como distancia, costos de transporte y fricción espacial, cabría esperar no
pocas alteraciones en ellas cuando tales conceptos pasan a tener una importancia
relativamente menor, como sería el caso de países de pequeña dimensión geográfica, y
por otro lado se deben tomar en cuenta aquellos procedimientos de la planificación
territorial a fin de contrastar estos conceptos con los aspectos propios detectados en los
países de estudio. Buscando sí, que para el presente análisis se tome en cuenta solamente
el enfoque para que los gobiernos se centren en aquellos procesos que permitan la
optimización de los recursos en términos espaciales como esfuerzos para solventar las
necesidades propias de la modernización y la justicia social.
En este sentido podemos determinar que los países de América Latina, han utilizado
principalmente los conceptos de planificación regional como un proceso de control de la
heterogeneidad estructural de las sociedades y de sus políticas económicas, en este
sentido la regionalización para fines de planificación económica se apoya en dos hipótesis
básicas, por lo menos cuando la planificación del desarrollo se ubica dentro de los
paradigmas vigentes de crecimiento económico. Tales hipótesis parecen ser, primero, la
posibilidad de identificar en un país sub-espacios suficientemente diferenciados entre sí, y
segundo, la posibilidad de reproducir al interior de tales sub-espacios relaciones de
dominación-dependencia similares a las que articulan el espacio nacional en su totalidad,
esta posición permite a los gobiernos entregar un marco adecuado y la toma de decisiones que permitan estimular el crecimiento de las regiones, permitiendo que discriminar
territorialmente las políticas macroeconómicas para la distribución en forma proporcional
los costos y beneficios del proceso de desarrollo de las regiones.
Para el caso de la planificación territorial es necesario la
determinación de una estratificación centro-periferia, donde se puede identificar como
centro a la existencia de las principales estructuras tales como de producción secundarias
y terciarias, sociales, espaciales, de poder y de consumo como los principales elementos
relacionados con los procesos de cambio y que se encuentran concentrados en un espacio
de territorio menor y continuo; y asimilando a la periferia como todo el resto del territorio
donde se pueden generar sub-centros diferenciados entre sí. En esta perspectiva, en las
regiones y para propósitos de planificación regional será posible completar ambas etapas
del proceso; la primera etapa del proceso de regionalización, es decir, la introducción de la
estratificación en términos de centro y periferia, es legítima aun en países de pequeño
tamaño; la segunda etapa del mismo proceso, es decir, la segmentación de la periferia en
varias regiones, no parece sostenible en estos mismos casos desde el punto de vista de una
planificación regional de carácter macro. Sin embargo el problema de la heterogeneidad
territorial y de las estructuras y procesos económicos no se dejaran de manifestarse por lo
que la representación geográfica de centro – periferia es más acertada a la estratificación
multirregional, por lo que sistemas birregionales sobre las bases de centro y periferia en
relación a su planificación y administración son más eficientes y adecuados para países de
tamaños pequeños que el uso de un sistema multirregional.
De acuerdo al análisis anterior podemos definir que el tipo de planificación debe ser
evaluado de acuerdo a su jurisdicción y cobertura en tal sentido si la problemática es de
naturaleza económica, la forma de planificación debe ser global, por el contrario si la
problemática es técnica, la planificación debe ser sectorial y si la problemática es de
naturaleza física, la planificación debe ser espacial. De esta forma se busca dar distintas
posibilidades a los ejercicios de planificación. Y para el caso de los países de tamaño
pequeño, podemos también identificar que aquellas prácticas o componentes de mayor
relevancia, siempre van enfocados a los asuntos económicos en primer caso y de poder en
segundo, determinando con ello que los componentes que pierden peso como componente
de planificación regional están ligados con la asignación de recursos entre las regiones y la
descentralización del aparato decisional público. Finalmente las decisiones de
descentralización administrativa territorial en países de menor tamaño, se enfocan
principalmente en dar oportunidades a la población de controlar su ambiente natural, y de
estos se debe considerar que las temáticas de mayor relevancia o los componentes que
ahora aparecen con un mayor peso relativo son de naturaleza física es decir planificación
espacial y de naturaleza ecológica o planificación ambiental, esto debido a la escasa
diversidad de ecosistemas y la escasez absoluta del recurso suelo que es la característica
de la mayoría de los países de reducido tamaño.
Bibliografia:
BOISIER Sergio, Algunas Interrogantes sobre la Teoría y la Práctica de la Planificación Regional en Países de
Pequeño Tamaño, Revista EURE (Vol. VII, No 21), Santiago 1981
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